Soy una pesadilla, soy víctima de mis emociones, vivo desde ellas, si me siento bien, actúo bien, si el miedo se apodera de mi soy una pesadilla y si ni yo me soporto, para los que me rodean es un martirio y sólo logro alejarlos.
Lo mejor es eso, que se alejen de mi, no puedo aportar nada y la cantidad de osos que me aviento son para manicomio directo.
Necesito controlarme, necesito mi centro, me necesito.
Las emociones son necesarias, ellas me impulsan a la acción, pero el abandonarme a ellas sin control me vuelve la mujer más azotada y sin freno, que pesadilla soy cuando no estoy en control.
Luego el arrepentimiento llega y muchas veces es poco posible reparar los daños. :(
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