Cuando eres pequeña, la noche da miedo porque se esconden monstruos bajo la cama.
Cuando te haces mayor, los monstruos son diferentes.
Queremos hacerlo, pero no sabemos cómo conseguirlo.
Pero una vez que nos enfrentamos a nuestros demonios, nos enfrentamos a nuestros miedos y nos entregamos a los demás para ayudar.
Pero una vez que nos enfrentamos a nuestros demonios, nos enfrentamos a nuestros miedos y nos entregamos a los demás para ayudar.
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