¿Quien es nuestra Yvonne?

La historia tragicómica de Yvonne puede resumirse en pocas palabras. El principe Philippe, heredero del trono, encuentra durante un paseo a esta muchacha desprovista de encanto… de atractivo: Yvonne es desmañada, apática, anémica, tímida, miedosa y aburrida. Desde el primer momento, el príncipe no puede aguantarla, le crispa los nervios; pero, al mismo tiempo, no puede soportar el verse obligado a detestar a la desdichada Yvonne.

Todo su ser se rebela contra las leyes de la naturaleza que constriñen a los jóvenes a amar tan sólo a las muchachas seductoras: “¡No pienso someterme, la amaré!” Lanza un desafío a las leyes de la naturaleza y se compromete con Yvonne.
 
Introducida en la corte real como novia del príncipe, Yvonne se convierte en un factor de descomposición. La presencia muda, amedrentada, de sus múltiples carencias revela a cada uno sus propias deficiencias, sus propios vicios, sus propias indignidades… La corte no tarda en transformarse en una incubadora de monstruos. Y cada uno de esos monstruos sueña con asesinar a la insoportable Yvonne. La corte moviliza al fin sus pompas y sus obras, su superioridad y sus esplendores y, utilizando su inmenso poder, la mata.
 

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