Chale, eso de que te empecé a girar la piedra tan temprano es bien revelador jajajaja, desde ayer que pensaba en frases de primaria, los recuerdos de mi infancia llegaron bien cañón, hoy en la mañana pensaba en los olores que me trasladan en segundo a mi niñez y fue cañón acordarme del olor a futsi de uva jajaja, eso era un clásico en mi lonchera cuando iba al Kinder.
Lo chido de recordar esa época de mi vida que fue mágica porque puedo jurar que tenía el mejor papa del mundo, claro a esa edad era lo mejor, jajaja ahora a la distancia puedo ver que a la lección que me enseño le falto la mitad jajaja, como Patricia Fernández que estudio 6 semestres de finanzas en la San Marino, en donde en esos 6 semestres le enseñaron a gastar, pero le faltaron los otros 6 en los que le enseñarían a pagar y ahorrar, jajaja, la parte de la lección que mi papá me enseño la aprendí muy bien y a la fecha la aplico, quien no lo crea no es mi amigo jajaja.
Yo recuerdo a un padre tan amoroso, tan generoso, tan entregado a su familia que lo recuerdo y añoro esos años en los que mi mayor preocupación era ver el chavo del ocho los días lunes junto con una bolsita de confitones.
Recuerdo a un padre con tanta abundancia, que ahora tengo claro que en esa época si aplicaba bien lo de pedir y que se me de, sin importarme los medios y lo que el universo (en este caso mi padre) tuvieran que hacer para que las cosas llegaran a mi, yo solo pedía y se me daba a manos llenas y no solo para mi, también para la gente que me rodeaba.
Recuerdo que mi papa llegaba a casa con un maletín lleno de cosas para nosotras, desde dulces, juguetes, discos, libros, colores, cuadernos, todo lo que a una niña le hace feliz, mi papa todos los días llegaba con algo, la lección que mi papa siempre me enseño fue la de “COMPARTIR”.
Recuerdo cajas de golosinas que mi papa me regalaba y que me decía “llévatela a la escuela y comparte con todos tus amigos” y pues aplique siempre esa, creo que por muchos años fui la sensación de la escuela y no precisamente juraría que era yo jajaja talvez era mi padre y sus dulces jajaja.
Siempre he compartido lo que tengo, poco o mucho, siempre procuro dar a los que me rodean.
Lo malo del cuento es que mi padre no me enseño que debo de compartir después de que yo tenga mi parte, después de que yo este satisfecha o que por lo menos haya probado lo que me compro, jajaja recuerdo un día del niño que me compro como 30 gansitos jajaja pues no se de donde salieron 30 niños de mi salón donde solo éramos como 23 jajaja, el caso es que repartí los 30 gansitos y yo no comí ese día porque no alcanzo para mi jajaja.
Por desgracia ahora a esta edad lo que he repartido no han sido solo gansitos y no solo me he quedado con la ganas de comerlo en la escuela y esperar a llegar a casa para pedirle uno a mi papa.
Los costos de no saber medirme han sido caros, dolorosos y muchas veces solo me dejan frustrada y maldiciendo todo, sigo en el proceso de llegar a un balance.
A mi padre solo le puedo agradecer todo lo que hizo conmigo, todo lo que me enseño, se que ahora este reclamo que le hago es porque veo diferentes las cosas, talvez no es tanto como reclamo, lo veo como una lección que ahora a la distancia yo termino de aprender, no con esto digo que mi padre haya sido malo, se que me dio lo mas que pudo, me enseño a como a él le enseñaron, me educo con lo que tenia.
Las escuelas para padres no existen, varias veces me han preguntado si quiero tener hijos, mi respuesta siempre ha sido la misma, me encantaría tener un hijo, pero no estoy capacitada para ser una buena mama por ahora.
Estoy en pleno proceso de conocerme, talvez los años ya han pasado y me ha tomado mucho tiempo, también se que los tiempos siempre son los perfectos, talvez mi vida sea sin hijos, talvez en una calentura de fin de semana me embarazo jajaja, quien sabe.
He hecho lo máximo que hasta ahora puedo hacer, mi camino sigue, solo deseo ser conciente de muchas cosas para no cometer los mismos errores del pasado.
Ahora soy una mujer Más despierta, Menos medicada, más alerta Y EN ACCIÓN.
Los recuerdos y las lecciones siempre vienen con los anhelos, con lo que deseamos y no tenemos, lo bueno de esto es reconocerlo, y seguir.
ResponderEliminarAsí que como ya estas en acción, dejalo ir y continua.
Un abrazo.
Yo.
Sigo mi camino reconozco que a cierta edad ya no aplica el culpar a los padres de ciertas cosas, hasta para uno es asqueroso y horrendo, lo que nos queda es reconocerlo, verlo, hacerlo consciente y saber que paso, existe, pero es pasado, ahora la responsabilidad es propia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Ahhh ¿y si la otra parte de la lección fuera "Dar, satisface"?
ResponderEliminar¿Qué tal si con dar fuera suficiente?, que sin importar quedarnos con nada, dieramos, y que fuera para que una vez "vacios" pudieramos "llenarnos" de mejores cosas, ehh?, ¿que tal?
Gracias por tu comentario, sabes me haz dejado pensando jajaja.
ResponderEliminarCreo firmemente en el dar, dar, dar y dar, porque de una u otra forma durante toda mi vida lo he hecho, lo aplico, así me enseñaron.
Lo que no creo es el dar sin espera nada a cambio, siempre esperamos algo a cambio, talvez no tangible, pero si en algo que nos alegre y deje en paz el alma, podría pensar en un gracias, en una sonrisa, en algo que nos llene y veamos que esa acción no cayó al vacío.
Creo que el dar puede ser suficiente cuando en verdad lo haces porque te nace hacerlo, porque lo quieres hacer y no trae nada de fondo ese dar, lo cabrón y maléfico es cuando aprendes a usar ese “Dar” para manipular situaciones o gente.
Como mujer, como humano y como ser en proceso de aprendizaje, con pesar te confieso que algunas veces ese dar lo he aplicado de una forma muy maléfica jajaja.
Cuando lo he aplicado así la verdad es que me quedo con un palmo de narices estampadas contra la verdad, jajaja, la gente no hace lo que yo quiero porque no lo pido con honestidad jajaja.
Chale te estoy confesando cosas, pero pues es parte de mi, jajaja, nomás no corras jajaja.
He aplicado la de dar porque quiero dar, pero te juro que de eso no me acuerdo porque en su momento me llenaron el alma y con un agradecimiento desde el corazón, pude ver que lo que hice o di fue lo correcto, mi alma quedo en paz y a partir de eso puedo seguir.
No lo recuerdo no porque no sea importante es solo que a esas personas ya las pongo en otra parte de mi corazón y no las tengo en mi costal asuntos pendientes.
Busco un balance, ese equilibrio que me mande señales de cuando dar, cuando no dar, y cuando ni siquiera planear dar algo para buscar que hagan algo que por cobarde no soy capaz de pedir con esta boquita rica que Dios me dio.
Jajaja
Mis vacíos poco a poco se llena y se llenan cuando soy capaz de reconocer mis pendejadas, hacerme conciente de lo que hago, y digo, eso me hace saberme viva, en proceso de crecimiento y con ganas de seguir aprendiendo, de seguir caminando y claro seguir en la gozadera con conciencia de mis actos.
Besos.