¿Te conozco?

Puede sonar increíble, o que lo cuenta alguien que le entra al pastito feliz, no sé si a muchos les ha pasado pero a mi si y es horrendo.

¿Alguna vez se han visto al espejo y ven reflejada a una persona completamente desconocida?

Eso me paso un sábado, ¿Cómo empezó todo? La verdad es que no recuerdo claramente, puedo recordar ahora que estaba sola, en ese espacio al que en ocasiones aun siento extraño, creo que en realidad ese espacio me representa a mi por dentro, es terreno aún desconocido, al que poco a poco me adentro, pero no puedo evitar aun sentirme extraña, ajena, con miedos.

Esa tarde recuerdo estar con desesperación, no me sentía cómoda, me urgía llamar a un taxi que pasará por mí y me sacara de mi departamento, me urgía regresar a mi vida de comodidad, quería regresar a casa de mi mamá.

Recuerdo haber tomado un libro, comencé a leerlo, pero no pasaron más de 10 páginas cuando de nuevo esa incomodidad se apodero de mí, puse el televisor y fue cosa de cambiar a todos los canales y sentir de nuevo incomodidad, no pude leer, no pude ver televisión, me puse mis audífonos y aun cuando podía estar sonando una de mis canciones favoritas era imposible dejar de sentir esa necesidad de salir de mi casa, me levante, camine un rato, tal vez moví de lugar algunas cosas, la incomodidad me seguía a todos lados, era como si en mi casa hubiera entrado un extraño, me sentía observada, me sentía obligada a hacer algo que no quería.

Creo que nada me costaba tomar el teléfono y llamar a la base de taxis y que pasaran por mí, la incomodidad era insoportable, pero algo me hacia esperar, algo me impedía salir, tal vez si tome el teléfono, no lo recuerdo.

Me acosté en la cama, recuerdo estar abrazada a mis cojines y me perdí.

No sé cuánto tiempo me dormir, no recuerdo si soñé algo, lo que recuerdo es haber despertado y como guiada por algo o alguien me levantarme de la cama y fue directo a un espejo.

Ahora me recuerdo frente al espejo, viendo a una perfecta extraña, nunca, pero nunca me había perdido en mis ojos, nunca me había visto a los ojos, lo que podía ver era una enorme tristeza, unas ganas de gritar, pero podía ver una cara triste, llena de lagrimas, ojos rojos, no sé cuantos minutos pasaron, solo me observaba tratando de reconocerme, solo podía ver a una niña asustada, podía ver y sentir a una mujer que me abrazaba y le decía que todo estaba bien.

Creo que pocas veces he llorado como esa ocasión, el terror que me dio verme me hizo tirarme a la cama y solo pedir ayuda, ¿A quién? No lo sé, solo recuerdo haber dicho, ¡Ayúdame!, abrace de nuevo mis cojines y me quede dormida.

Pocas veces me acuerdo de lo que sueño, ese tiempo que me dormí, después de verme al espejo, iba volando, de la mano de alguien, no sé quién era, pero recuerdo que me tomo de la mano y me mostro gente, no se quienes eran, no ubico rostros, no ubico lugares, ubico a alguien enseñándome gente, me decía quienes eran, que hacían y que relación tenian conmigo, solo eso recuerdo.

Me era muy penoso comentar esto con alguien, creo que alguna vez se lo comente a Sylvain, pero no todo, no como ahora lo cuento aquí, en ese momento aun mi miedo era mucho, recordarlo me dolía y no podía controlar el llanto.

Es increíble como las cosas externas reflejan mucho nuestro propio interior, ahora puedo relacionar la casa de mi mamá, esa comodidad, con la niña que soy y puedo relacionar mi departamento con el ser que voy descubriendo poco a poco en mi, puedo ver mi departamento solo, vacio, aun gris, al que por momento me voy a explorar pero lo veo y me da miedo.

Aun me faltan muchas cosas por hacer, por hacer por mí, pero si me reconozco cosas como estas, cosas que me da miedo y pena externar pero que son parte de mí, cosas que me han hecho descubrirme, conocerme.

Todo esto lo recordé hoy porque escuche una canción de Amaral que se llama Salir Corriendo, si bien es cierto la canción habla más de una situación de maltrato físico y ejecutado por otro ser humano hacia alguien, me queda más que claro que no hay peor enemigo que nuestros miedos, nuestras dudas, nuestra ignorancia de saber en realidad quienes somos, nuestro nulo reconocimiento de nosotros mismos.



Pincho y corto raza.

2 comentarios:

  1. No estoy de acuerdo en "...nuestra ignorancia de saber en realidad quienes somos, nuestro nulo reconocimiento de nosotros mismos."

    No manches, alguien así esta perdido, creo que por lo menos sabes que estas en el camino de conocerte, de madurar, de aprender, pero no saber nada de ti, es, bueno, aberrante!!

    Además, creo que los miedos pudieran ser porque ya intentaste algo y no te gustó el resultado, y te da miedo intentarlo nuevamente, en fin, un tema profundo, pero en definitiva, con conocimiento, si no sabes nada, entonces CERO.

    Tema aparte es el de "salir corriendo", huir, uhmm no creo que sea la solución, te lo dejo de tarea...

    ResponderEliminar
  2. Hola
    Pues así de loco, así de aberrante, así de absurdo, ESA ERA YO.
    Tal vez solo a mí me pasó eso, pero sí de perdida estaba, Lo que te aterroriza en la oscuridad es lo que en ella ves. Y si miras con más cuidado, te darás cuenta que lo que ahí ves es a ti mismo.
    La canción lo que me recordó es ese grito, esa desesperación que yo ese sábado sentía, esa necesidad de regresar a mi zona segura, ahora lo cuento porque no salí gritando, de haberlo hecho, creo que no estaría con mi afán y necesidad de seguir, Más Despierta, Menos Medicada y Más Alerta.
    Son muchas cosas las que tengo que reconocerme, efectivamente esos miedos los he sentido y padecido por esta necesidad mía de seguir explorándome, de conocerme, de hacer las cosas, aventarme aun cuando los miedos muchas veces me siguen paralizando, lo hago, los resultados podría decir que han sido los justos, los que he necesitado para seguir avanzando.
    Gracias por tu comentario, hago la tarea, mis retos cada vez son más grandes, los miedos con ellos crecen, pero de verdad a estas alturas créeme que me puedo ver al espejo, me reconozco.
    Un saludo.

    ResponderEliminar