Bien dicen que historias de vida de los padres no necesariamente se tienen que revivir en los hijos.
Yo recuerdo mucho a un padre súper cariñoso, súper amoroso y súper consentidor.
Esa infancia maravillosa que viví fue gracias a mis padres, suerte que ellos no corrieron, o por lo menos sus situaciones en la infancia no fueron nada que ver lo que nos dieron a mis hermanas y a mí.
Mi padre creció en una familia de 14 hermanos, con una madre que fue abandonada con 7 hijos, mi padre era el más grande y como tal le toco tomar el papel de papá por un buen rato, de hecho hasta que murió.
Mi padre fue un hijo muy maltratado, no solo físicamente, psicológicamente, situación que sin duda alguna fue consecuencia de los temores de su madre al verse sola con tanto hijo.
Uno podría creer y de hecho muchos se justifican de que de tal o cual forma con los hijos ya que los padres los educaron así.
Mi padre sufrió pero jamás nos hizo sufrir a nosotras.
Todo esto viene porqué hace unos días vi un documental que se llama “Pecados de mi padre”
Documental realizado por Sebastián Marroquín, hijo de Pablo Escobar Gaviria.
Sin duda nada que ver la historia de ellos con lo primero que comento, pero en realidad me hace pensar que si bien naces y creces viendo cosas a tu alrededor que con el paso del tiempo puedes creer “normales” o “naturales” sin duda, la propia vida y experiencias te hacen hacer uso de eso que le llaman el Libre Albedrio y terminas haciendo lo que en realidad para ti es lo correcto.
El documental es aterrador, me hace pensar en el México que ahora vemos, en la vida de las familias de toda esa gente que se dedica al narcotráfico, sin duda un documental maravilloso por lo que al final vi en el.
Un hombre amando profundamente a su padre, a quien no entiende y a quien no juzga, a un hombre que vivió cosas horribles pero que tiene el valor para decir que tiene que hacer todo lo contrario a su padre para poder vivir.
Herencias malditas, nombres y apellidos que pesan, corazones destrozados, infancias traumáticas, ideales genuinos que literal, cuestan la vida, honestidad y humidad para pedir perdón y caminar pensando en un futuro mejor.
Me encanto el documental
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