Rosario y la mari de chambao - Por tu ausencia

Siempre las perdidas son complicadas, creo que a los seres humanos es lo que más se nos complica aceptar, que alguien ya no estará más con nosotros.

Me refiero a no estar físicamente, porque es bien cierto eso de que somos energía y como tal, aún cuando alguien se nos adelanta y deja el plano físico, su energía nos acompañará hasta el fin de los tiempos.

Yo recuerdo cuándo perdí a mi padre, eso ya hace más de 20 años, a mis 12 años de edad un pilar importante en mi vida se me fue, dejó de acompañarme a la escuela, de morderme los brazos y decir que eran fichas que yo me había puesto y que solo mentía para que mi madre lo regañara jajaja, no me abrazó más al ir por mi a la escuela, no me dio más domingo, no se emborracho más y me dio mucho dinero, jajaja recuerdo mucha esa tarde de sábado, mi padre se poso un pedo de miedo y de buenas a primeras saco su cartera, nos dio todo el dinero que tenia en ella y nos mando a la juguetería jajaja

Cuando mi madre vio la cantidad de dinero que nos dio nos lo quería quitar jajaja pero mi padre le dijo que nos dejara y que nos llevara a la juguetería a comprar lo que nosotros quisiéramos jajaja

Las perdidas siempre se viven de diferente manera, aun cuando mis tres hermanas y yo al mismo tiempo perdimos a nuestro padre, cada una lo vivió, lo sufrió y lo aceptamos de diferente manera, mi hermana la más pequeña con sus 5 años de edad, mi otra hermana con sus 9 años y yo a punto de cumplir mis 13 años, a días de cumplirlos.

Nuestros duelos fueron diferentes, lo mismo que el de mi madre, mi madre perdió a su compañero de vida, a mi hombre, a su soporte, ella llevo también su duelo, diferente al de nosotras, diferente al de mis abuelos, al de mis tíos, al de mis primos, a de los amigos de mi padre, pero todos sufrimos su partida.

Yo aún tengo a mi madre, por momentos me pongo a pensar que pasará el día que ella me falte, el día que tenga que sufrir y llorar una perdida tan enorme como la es despedirse físicamente de un padre.

Ahora tú dejas de ver a tu madre, ella se fue físicamente pero su energía va contigo toda la vida.

Hace unos meses, justo el día 2 de noviembre, recuerdo que mis vecinas se la pasaron diciendo a mi madre que si iba a ir al panteón para ver a su madre, mi abuela murió justo un año antes.

Mi madre le lloro a su madre, yo le llore a mi abuela, pero no existe placer más grande que ver que tu madre, dentro de su pena queda tranquila de saber que en vida hizo lo que tenía que hacer, que durante el tiempo que mi abuela vivió, sintió, vio, escucho, compartió, soñó, mi madre siempre, siempre, siempre estuvo a su lado, siempre a lado de ella, dando en vida lo que algunos lamentan no haber dado cuando el ser querido partió.

Despedirnos de alguien que amamos es complicado, toma tiempo, se paciente contigo, llora, grita, lamenta, recuerda, sonríe, vuelve a revivir esos momentos en tu mente que durante en vida fueron maravillosos, platica con ella, su energía siempre nos acompaña.

Físicamente ya no los vemos, pero siempre, siempre su energía nos acompaña, en los sueños nos visitan y solo lo hacen para que recordemos que ellos están bien y que es lo mismo que debemos de hacer nosotros, estar bien, recordarlos y sonreír.

Te quiero mucho JJ, te mando un abrazo muy fuerte, sé que estás bien, sabes que aquí tienes una amiga que sólo escucha y acompaña, si algo más puedo hacer solo tendrás que decirlo.

Vida eterna a tu madre

Despierta, la vida es eterna

Regresa al padre

Regresa a casa

Todo está bien

Sigue la luz

Sigue tu camino